Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1861-1862 (Cortes de 1858 a 1863)
Sesión: 20 de enero de 1862
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: n.º 41, 672
Tema: Reelección del Sr. Figueroa

El Sr. SAGASTA: Pido la palabra para decir dos solamente.

No he tratado de ofender en lo más mínimo al señor Zorrilla cuando he recordado que S.S. recibió gracia del Gobierno; lo dije precisamente en sentido contrario, y lo repito ahora. El Sr. Zorrilla comprendió que recibía una gracia, e hizo lo que deben hacer los Diputados, que es renunciar al cargo. Acudió al distrito, que lo volvió a elegir, y en su consecuencia ha vuelto S.S. a sentarse en el sitio que tan dignamente había ocupado. No he tenido pues intención ninguna de ofender a S.S.

Yo no he dicho tampoco que atacase a las Cortes constituyentes; lo que he dicho es que de sus palabras podía inferirse que aquellas Cortes habían faltado a alguna Constitución, y yo decía que mal podía ser esto cuando no existía ninguna, pues la estaban haciendo.

Por lo demás, el Sr. Zorrilla padece una equivocación: ha dicho una cosa de la cual se desprende una especie de inconsecuencia de mi parte. Dice el Sr. Zorrilla que yo hago aquí lo que entonces, que combatía en aquellas Cortes como combato ahora. El Sr. Zorrilla se ha equivocado: S.S. y yo hacíamos lo mismo; estuvimos juntos hasta los últimos momentos, y así es que firmamos juntos el voto de censura contra el Gabinete O'Donnell. Por consiguientes resulta que el consecuente soy yo.

Yo insisto en que el Sr. Figueroa está sujeto a reelección, aunque no gane en sueldo; ¿Qué diría el Sr. Zorrilla si el gobernador de Soria fuera nombrado regente de la audiencia de Barcelona? ¿Estaría sujeto a reelección? Pues tampoco ganaba en sueldo.

El Sr. ZORRILLA (D. Miguel): Cuatro palabras nada más, Sr. Presidente.

No es exacto que el Sr. Sagasta y yo sostuviéramos iguales opiniones en las Cortes constituyentes. Estábamos allí todos como Diputados: éramos individuos de unas mismas Cortes, como lo somos en estas; pero no pertenecíamos a la misma fracción; no estábamos de acuerdo en la mayor parte de las cuestiones. S.S. no estaba entre los que yo figuraba: ambos éramos de la mayoría; pero era una mayoría que tenía sus condiciones de oscilación y variedad.

Sobre los del voto que ha citado S.S., no me ocuparé en este momento nada, porque no quiero excitar de ninguna manera las pasiones con un debate extraño a la cuestión; solo puedo decir que en aquella ocasión creí obrar en cumplimiento de mi deber, y nadie puede decir que yo estuviera al lado de S.S., o que pensaba como S.S., porque hediéramos en aquella ocasión nuestro voto de una misma manera; y esto sucede con mucha frecuencia entre las muchas fracciones de que s compone una oposición: es posible que el Sr. Sagasta en varias cuestiones vote con el Sr. González Brabo, y sentiría que S.S. se diese por aludido, y tome con este motivo ocasión para hablar: digo que porque vote S.S. con el Sr. Sagasta en muchas ocasiones, aunque voten reunidos todos los señores de las diferentes fracciones, no votarán por igual razón, sino que les guiará una idea distinta. ¿Y podrá argüirse mañana que el señor Sagasta piensa como el Sr. González Brabo? Me parece pues que ni el Sr. Sagasta ni nadie pueden comprenderlo de esa manera.

El Sr. SAGASTA: Yo necesito insistir en que no era tan desigual nuestra posición; nosotros pertenecíamos a la misma fracción que fue calificada por el general O'Donnell de minoría facciosa; pero si S.S. es ahora un faccioso arrepentido y perdonado, yo no lo soy.

El Sr. ZORRILLA (D. Miguel): El Sr. Sagasta quiere dar calor a este debate: en otra ocasión entraría en él con S.S. y nada me intimidaría, absolutamente nada me intimidaría, y acaso pudiera decirle cosas que le dolieran más que a mí. En aquella época pertenecía yo al centro parlamentario. ¿Pertenecía S.S. al centro parlamentaria? S.S. dice que es consecuente, que lo mismo piensa hoy que pensaba entonces; pues aún así de seguro siempre pensaría S.S. de distinta manera que yo. Ahora, que S.S. dijera que yo votaba con los progresistas, ¿lo he negados? ¿A qué viene esa invocación en estos momentos?

Voy a concluir contestando a lo principal sobre el ejemplo que me puso S.S. con motivo de no sujetar a reelección al Sr. Figueroa. Decía S.S.: si un gobernador de provincia fuera nombrado regente de una audiencia, ¿le sujetaría la comisión a reelección? Le sujetaría, puesto que no era una categoría completamente igual la de gobernador a la del regente, y la comisión ha dicho que no solamente debe quedar sujeto a reelección el que asciende en sueldo, sino el que asciende en categoría, porque el destinote gobernador no es igual al de regente, no es una traslación dentro de una misma carrera en dicho caso, pues las carreras también en cierto destinos y cargos de distinta índoles se reúnen; así como la autoridad que ejerce un alcalde por delegación viene a reunirse luego en el Rey, de la misma manera sucede en las Carreras. Al Consejo de Estado y al tribunal de cuentas pueden ir todas las carreras, igual la militar, la judicial, la administrativa, en fin, van todas las carreras; pero en ciertos destinos no es así, hay una diferencia inmensa, como la hay de gobernador a magistrado.

El Sr. SAGASTA: Pido la palabra simplemente para contestar a una reticencia del Sr. Zorrilla, que puede ser ofensiva para mí cuando ha dicho que podría decir cosas que me dolieran. Yo le autorizo para que diga todo lo que quiera. (El Sr. Zorrilla: Si S.S. me permitiera rectificar, no padecería una equivocación.) Por lo demás, no estuve en el centro parlamentario; pero si S.S. estuvo en el centro parlamentario, luego se vino conmigo y se volvió a marchar; quiere decir que S.S. ha tocado todos los puntos; pertenecía a la mayoría primero, luego a la minoría facciosa, y luego a otra parte; pero S.S. ha tocado conmigo indudablemente, porque habiendo ido y venido, no podía menos de encontrarme, cuando yo me he estado quieto en un mismo punto.



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